Eres una mamá preocupada

¡Felicidades comadre! Llegar hasta aquí es el primer paso para que tu preocupación
comience a disminuir.
Cuando algo nos inquieta tenemos dos caminos: no hacer nada y por tanto nada
cambia, o ponernos en marcha para empezar a solucionar aquello que no nos gusta.
Es probable que los retos y dificultades del día a día que se te están presentando en la
maternidad, estén comenzando a agobiarte. Tu intuición te dice que algo no va bien, y
que la conexión no es la que te gustaría tener.
Darse cuenta de esto es el primer paso, y ya lo has dado. Enhorabuena.
Ahora sólo decide qué recurso es el que mejor va contigo, a quién o qué necesitas,
con quién resuenas, y podrás empezar a soltar esa carga y esa culpa que a veces se
apodera de ti.

Scroll to top